Cirsa está preparando su salida a Bolsa, prevista para mediados de abril, con una colocación que podría alcanzar entre 700 y 1.000 millones de euros. La operación incluirá una oferta pública de suscripción (OPS) de nuevas acciones junto a una oferta pública de venta (OPV) de títulos existentes, según fuentes del mercado.
El anuncio oficial de la salida a bolsa, conocido como ITF (intention to float), se espera para el 13 de marzo, con el objetivo de comenzar a cotizar antes de Semana Santa. Sin embargo, las fechas son tentativas y dependen de la situación del mercado, como advirtió el director financiero de Cirsa, Antoni Grau.
Cirsa había considerado realizar su debut en bolsa en noviembre pasado, pero decidió posponerlo debido a la volatilidad del mercado por las elecciones en EE. UU. Si la compañía decide retrasar aún más su salida, tiene una ventana de cuatro meses para hacerlo tras la presentación de sus resultados anuales auditados.
La estructura de la operación es similar a la de Hotelbeds (HBX Group), que buscó reducir su deuda actual. Blackstone, propietario de Cirsa, también busca colocar acciones existentes entre inversores institucionales, aunque la OPV será menor que la OPS. Se espera que al menos el 25% del accionariado de Cirsa sea colocado en estas ofertas.
Lazard actúa como asesor financiero de Blackstone, con Barclays, Deutsche Bank y Morgan Stanley como coordinadores globales. Además, varios bancos están involucrados en diferentes niveles de la operación. El asesoramiento jurídico está a cargo de Garrigues y Simpson Thacher & Bartlett, entre otros.
Cirsa, con sede en Terrassa, Barcelona, reportó ingresos de 2.150 millones de euros en 2024, un 8% más que el año anterior, y un EBITDA de 699 millones, lo que representa un aumento del 11% interanual.